Por Carina Storrs, Reportero de Healthday
LUNES, 26 de noviembre (HealthDay News) — Los médicos deben informar a sus pacientes adolescentes sobre la anticoncepción de emergencia, como Plan B, y darles una receta para el mismo si son sexualmente activos, según una nueva declaración de política de la Academia Americana de Pediatría (American Academy of Pediatrics, AAP).
La nueva directriz es una actualización de la declaración de política de 2005 de la AAP, la mayor organización de médicos pediatras de Estados Unidos.
Desde 2005, «los datos respaldan incluso más la anticoncepción de emergencia», señaló la autora líder de la declaración de política, la Dra. Cora Breuner, profesora de pediatría y medicina adolescente de la Universidad de Washington, en Seattle.
«Estos métodos no son un aborto, en lo absoluto», aclaró Breuner. Evitan los embarazos al bloquear la fertilización.
La declaración, que aparece en la edición en línea del 25 de noviembre de la revista Pediatrics, enfatiza la importancia de informar a los adolescentes sobre la disponibilidad de la anticoncepción de emergencia si tienen relaciones sexuales sin protección o si la protección falla, y que es más efectiva cuando se toma en un plazo de un día tras las relaciones sexuales no seguras.
La anticoncepción de emergencia está disponible sin receta para las chicas a partir de los 17 años y para los chicos a partir de los 18, pero en la mayoría de los estados los adolescentes más jóvenes necesitan una receta. Tener una receta lista puede hacer que sea más probable que los adolescentes usen anticoncepción de emergencia, señaló Breuner.
El grupo objetivo de pacientes de esta declaración de política son las mujeres de 15 a 25 años, pero incluso algunas mujeres entre los 30 y los 49 deberían saber más sobre la anticoncepción de emergencia como opción de respaldo para la prevención del embarazo, señaló Breuner.
Aunque las tasas de nacimientos en adolescentes se han reducido desde los 90, EE. UU. sigue teniendo una de las tasas más altas entre los países desarrollados. Y más de tres cuartas partes de los embarazos adolescentes no son intencionales, según la información de respaldo del estudio. Alrededor de 34 de cada mil mujeres entre los 15 y los 19 años de edad dieron a luz en 2010.
«Las personas plantean que si esto está disponible los chicos tendrán más relaciones sexuales y menos sexo con protección, pero no es así», aseguró Breuner. «Siete estudios han mostrado que no es así».
Alrededor del 42 por ciento de los adolescentes de 15 a 19 años reportan que han tenido relaciones sexuales, y diez por ciento de ellos señalan que les obligaron a hacerlo, anotó la declaración.
Breuner y colegas revisaron la seguridad y efectividad de tres métodos de anticoncepción de emergencia: Plan B o Next Choice (levonorgestrel) y ella (acetato de ulipristal), que afectan a la hormona progesterona, y anticonceptivos orales combinados. Ella es el método más nuevo, y fue aprobado por la Administración de Drogas y Alimentos (FDA) de EE. UU. en 2010.
Las usuarias de Plan B tienen alrededor de la mitad de probabilidades de experimentar náuseas y vómitos que las que toman ella, pero en ambos casos las tasas de efectos secundarios son bastante bajas.
La anticoncepción de emergencia ofrece la mayor efectividad en las primeras 24 horas tras el sexo sin protección, pero pueden reducir el riesgo de embarazo durante hasta 120 horas (cinco días). Un estudio halló que, entre las mujeres que tomaron Plan B en un plazo de 72 horas tras el sexo sin protección, 1.1 por ciento quedaron embarazadas.
Aunque la anticoncepción de emergencia generalmente no interfiere con los embarazos establecidos, ella puede provocar pérdidas del embarazo en el primer trimestre. Como resultado, las mujeres deben tener una prueba de embarazo negativa y una receta para recibir ella, haciendo que sea una opción menos ideal que Plan B, apuntó Breuner.
El tercer método, los anticonceptivos orales combinados, son menos populares porque mezclan el estrógeno y la progestina y se asocian con unas tasas más altas de efectos secundarios menores.
Muchos pediatras no saben lo suficiente sobre la forma en que la anticoncepción de emergencia funciona como para discutirla con sus pacientes, planteó Breuner. Algunos médicos no los recetan debido a prejuicios, pero deben remitir a sus pacientes a alguien que sí los recete, añadió.
La Dra. Jennifer Reed, profesora asociada de pediatría del Centro Médico del Hospital Pediátrico de Cincinnati, dijo que muchos médicos solo atienden a adolescentes cuando están enfermos o lesionados, y que deben aprovechar la oportunidad para introducir temas como la anticoncepción de emergencia y las enfermedades de transmisión sexual.
«Creo que [la declaración de política] concienciará a los pediatras, y con algo de suerte les dará una directriz sobre lo que es aceptado», apuntó Reed, quien no participó en la redacción de la declaración.
Las enfermeras escolares y las clínicas de salud también pueden desempeñar un papel importante en la educación de los adolescentes sobre la anticoncepción de emergencia, apuntó Breuner.
Los estudios han encontrado que apenas la mitad de los adolescentes saben sobre la anticoncepción de emergencia, y entre lo que tienen la información, solo la mitad conocen el momento adecuado para tomarla, según la declaración de política.
«Si vamos a hacer algo para reducir nuestra tasa de embarazos adolescentes y lograr que no sea la más alta del mundo desarrollado, debemos proveer más educación a las familias y a los niños», aseguró Breuner.
Aunque no hay estudios que muestren que mejorar el acceso a la anticoncepción de emergencia reduzca los embarazos en la población general, Breuner cree que se debe a que no ha habido suficientes mujeres que la usen para observar una diferencia.
Más información
Para más información sobre el embarazo adolescente y los anticonceptivos, visite los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades de EE. UU.
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com
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