El retraso en la menstruación no siempre es señal de embarazo ni de una patología o problema médico, puede ser el resultado de un desequilibrio hormonal producido por el estrés o ansiedad e incluso por el temor a un embarazo no deseado.
Por supuesto que el estrés sólo es una de las causas posibles de periodos irregulares, que no es lo mismo desarreglos puntuales que una ausencia de menstruación de más de tres meses. Es importante identificar la causa verdadera de las alteraciones menstruales.
El estrés tiene consecuencias en el funcionamiento del organismo y puede ser el responsable de un abanico de síntomas físicos y psicológicos: cansancio, tensión muscular, cambios de humor y emociones, insomnio, nerviosismo… de intensidad y duración variables de una persona a otra y también puede desencadenar alteraciones hormonales de procesos como el ciclo menstrual de la mujer.
En respuesta a situaciones que provocan estrés, algunas de las hormonas implicadas en estos estados de tensión emocional pueden modificar las señales que llegan a la hipófisis, producir un aumento de los niveles de cortisol y disminuir las funciones no esenciales y así se dejan de liberar de manera rítmica las hormonas femeninas necesarias para estimular el ciclo menstrual y de las que dependen la ovulación, la maduración del endometrio y la menstruación.
Lo cierto es que lo que ocurre en nuestro sistema nervioso puede influir en el ciclo menstrual por ser este un proceso en el que intervienen de manera sincronizada el cerebro, el hipotálamo, la hipófisis y el útero.
Si el estrés es puntual, el periodo puede retrasarse unos días, sin que se considere que hay un retraso menstrual, pero algunas mujeres están sometidas a un estrés intenso y prolongado, y ciclos que anteriormente han funcionado “como un reloj“ se vuelven irregulares, además se pueden intensificar los síntomas, alterar la cantidad de flujo…Y en los casos más graves, causar amenorrea (desaparición de la menstruación)
La relación entre estrés, ovulación y menstruación puede ser la explicación de los desarreglos menstruales que están presentando muchas mujeres en la actual crisis sociosanitaria. Según datos de la OMS, el impacto psicológico de la emergencia sanitaria actual se refleja en las tasas elevadas de estrés o ansiedad, que tiene efectos en el bienestar general y en la salud reproductiva.
En esta situación, en las que no hay embarazo ni patologías previas, se entiende que cuando se reduce el nivel de estrés, lo más probable es que las mujeres con ciclos regulares vuelvan a tener reglas normales y podría parecer que lo más sencillo, pero también lo más difícil, es eliminar los factores estresantes y/o aprender estrategias saludables para afrontar y manejar las situaciones que nos superan y desequilibran.
Consulta en Clínica Buenavista con nuestros/ as especialistas