El Gobierno no debería inmiscuirse en los asuntos que afectan la intimidad familiar», afirmó el presidente norteamericano, en el marco del 39° aniversario de la aprobación de la medida

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El presidente reconoció que el derecho al aborto es un «tema sensible y a menudo polémico», pero dijo estar «decidido a proteger el derecho de la mujer a elegir y (a proteger) el derecho constitucional fundamental».
A 39 años de la decisión del máximo tribunal de justicia de Estados Unidos, el derecho al aborto continúa siendo un tema muy polémico en el país, con los activistas «pro-vida» comparando la práctica a un «asesinato», y los militantes «pro-elección» viéndola como un derecho inalienable.

El campo republicano, cuyo candidato, aún en proceso de definición, se enfrentará a Obama en las elecciones presidenciales del 6 de noviembre, está, en su mayoría, ferozmente opuesto al aborto, y regularmente aborda el tema en los debates de las primarias.
La anticoncepción y su regulación también son temas controvertidos. El viernes, el presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos protestó contra la decisión del gobierno de Obama «de exigir que la esterilización, el aborto y la píldora anticonceptiva se incluyan» en los planes de salud.

El derecho al aborto –y su potencial cuestionamiento– probablemente irrumpan en la campaña electoral. Varias asociaciones instaron el lunes a sus seguidores a manifestarse frente a la Corte Suprema de Justicia en Washington para reafirmar su compromiso con la legislación.

La decisión de la Corte Suprema del 22 de enero de 1973 garantiza a las mujeres la libertad de abortar. Este derecho, absoluto para el embarazo temprano, puede ser regulado después del tercer mes de gestación, y termina cuando el feto es viable, precisa la decisión, cuyas grandes líneas siguen vigentes en la actualidad.