El informe sobre la Vigilancia de enfermedades de transmisión sexual de 2009 ofrece datos sobre la vigilancia nacional de enfermedades de transmisión sexual (ETS) que deben ser informadas como clamidia, gonorrea y sífilis.
Las enfermedades de transmisión sexual (ETS) continúan siendo uno de los principales desafíos de la salud pública de los Estados Unidos (EE. UU.). Los CDC calculan que hay aproximadamente 19 millones de nuevos contagios de ETS por año. Se informó un total de 1.5 millones de casos de clamidia y gonorrea a los CDC en 2009, lo que convierte a estas enfermedades en las dos enfermedades infecciosas informadas con más frecuencia en los Estados Unidos. Las adolescentes de entre 15 y 19 años y las mujeres jóvenes de 20 a 24 años son las más afectadas por estas dos enfermedades. El mayor número de casos informados de clamidia y gonorrea en 2009 se dio entre las mujeres de estos dos grupos etarios. Esto refleja probablemente una combinación de factores, incluyendo diferencias biológicas que hacen que las mujeres tengan un mayor riesgo de padecer ETS que los hombres, además de una mayor frecuencia de exámenes para detectar ETS entre las mujeres.
La sífilis, una enfermedad que estuvo a punto de ser erradicada, comenzó a resurgir como una amenaza a la salud pública en el 2001. Esto se debe principalmente al resurgimiento de la enfermedad entre los hombres que tienen contacto sexual con otros hombres (MSM, por sus siglas en inglés), aunque los casos entre las mujeres también han ido en aumento en los últimos años.
Hallazgos claves
Clamidia
La clamidia continúa siendo la enfermedad infecciosa informada con más frecuencia en los Estados Unidos. Se informaron más de 1.2 millones de casos de clamidia (1,244,180) a los CDC en 2009, el mayor número de casos informados a los CDC de una enfermedad. Las mujeres, especialmente las jóvenes y las que pertenecen a minorías, son las más duramente afectadas por la clamidia. Los CDC recomiendan un examen médico anual para la detección de clamidia a las mujeres jóvenes menores de 26 años.
Gonorrea
En 2009, se informaron 301,174 casos de gonorrea, lo que representa un 10 por ciento menos que el año pasado y convierte a la gonorrea en la segunda enfermedad infecciosa informada con más frecuencia en los EE. UU. En 2009, la tasa de gonorrea entre las mujeres fue ligeramente más alta que entre los hombres. Los CDC apoyan las recomendaciones del Grupo operativo de servicios preventivos de EE. UU. para la realización de exámenes médicos a las mujeres sexualmente activas con más alto riesgo de padecer gonorrea.
Sífilis
En 2009, se informaron 13,997 casos de sífilis primaria y secundaria, las etapas más contagiosas de la enfermedad, lo que constituye el número de casos más alto desde 1995 y un aumento con respecto a 2007 (11,466 casos). La mayoría de casos de sífilis informados en los EE. UU. siguen estando entre los MSM. Los CDC recomiendan que los MSM sexualmente activos se sometan al menos a un examen médico anual para detectar sífilis (y otras ETS).
ETS e infertilidad
Las ETS no tratadas pueden conducir a graves consecuencias en la salud a largo plazo, especialmente en las adolescentes y las mujeres jóvenes. Los CDC calculan que las ETS no diagnosticadas y no tratadas provocan infertilidad en al menos 24,000 mujeres en los EE. UU. cada año. Se necesita urgentemente un mayor acceso a los servicios de prevención, exámenes médicos y tratamiento de las ETS para reducir el número de casos de ETS y proteger la salud de millones de estadounidenses.
Diferencias raciales
Las minorías raciales continúan enfrentando graves diferencias con respecto a las tres ETS que deben ser informadas. Aunque las diferencias raciales persisten con respecto a todos los grupos, los afroamericanos, especialmente las mujeres jóvenes, son los más afectados. Las tasas significativamente más altas de clamidia y gonorrea se dan entre las mujeres afroamericanas jóvenes en comparación con cualquier otro grupo, mientras que las tasas más altas de sífilis se dan entre los hombres afroamericanos.
Prevención
Para el Mes de Concientización sobre las ETS en 2001, los CDC instan a los jóvenes especialmente entre 15 y 24 años a realizarse exámenes médicos para detectar ETS ya que entre ellos aparece aproximadamente la mitad de los 19 millones de nuevos casos de ETS cada año. Los exámenes médicos son una de las herramientas más efectivas pero menos utilizadas para identificar y tratar a las personas infectadas y para ayudar a prevenir la posterior propagación de las ETS.
El tratamiento de las ETS es esencial para prevenir graves consecuencias en la salud de aquellas personas que están infectadas y para reducir la propagación de la enfermedad. Cuando a estas enfermedades se las detecta en forma temprana, el tratamiento es relativamente simple. Es importante que las parejas de las personas infectadas sean examinadas y tratadas para prevenir un nuevo contagio y la propagación de la enfermedad.
La forma más confiable de evitar el contagio de una ETS es abstenerse de tener sexo (oral, vaginal o anal) o tener una relación mutuamente monógama y estable con una pareja no infectada. El uso consecuente y correcto de profilácticos de látex por parte del hombre reduce el riesgo de contagiarse ETS y VIH. El mayor acceso a intervenciones del comportamiento probadas para reducir el riesgo de contraer una ETS, especialmente aquellas adaptadas para los adolescentes, MSM y afroamericanos que están en mayor riesgo, es una parte importante de la respuesta del país.
Es fundamental reducir las graves diferencias raciales en las tasas de ETS, especialmente para los afroamericanos. Para esto será necesaria una mayor concientización de las comunidades afectadas en cuanto a la importancia de este problema, además de una sólida respuesta de salud pública para asegurar que las comunidades minoritarias tengan acceso a los servicios de prevención, exámenes médicos, tratamiento y de asociados. Un mayor acceso a la atención médica contribuiría en gran parte a enfrentar este problema.
Fuente de datos
Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. Informe sobre la Vigilancia de enfermedades de transmisión sexual de 2009. Atlanta, GA: Departamento de Salud y Servicios Humanos de los EE. UU., 2010