La dieta materna tiene que aportar la cantidad suficiente de nutrientes para un embarazo saludable y el correcto desarrollo del feto durante los nueve meses de gestación y la lactancia.
El embarazo es una situación especial, aumentan las necesidades de energía, proteínas, vitaminas y minerales, pero sólo se deben consumir los suplementos que recomiende tu médico/a.
Algunas pautas sencillas para una alimentación variada y equilibrada durante el embarazo:
- Come de forma frecuente y con moderación, distribuye la ingesta en cinco o seis comidas, no te saltes ninguna y menos el desayuno que es la comida más importante del día y debe incluir: lácteos, frutas y cereales. Y recuerda la mamá come PARA dos, no POR dos, el sobrepeso nunca es bueno.
- Toma con frecuencia alimentos ricos en fibra: frutas, verduras, hortalizas, legumbres y cereales integrales .Si se comen crudas, limpiarlas minuciosamente.
- Modera el consumo de dulces, sal y embutidos.
- Evita alimentos crudos o poco cocinados, consume la carne bien hecha. Limpia, manipula y cocina bien los alimentos .
- Procura comer pescados varias veces a la semana, mejor especies de pequeño tamaño y disminuir el consumo de otras como pez espada, caballa o atún por su alto contenido en mercurio.
- Consume leche y productos lácteos ,mejor desnatados.
- Incrementa el consumo de líquidos, preferentemente agua natural no gasificada. Evita el alcohol, y consume de forma moderada café, cola y te.
- En los meses de verano, las mujeres embarazadas deben tomar precauciones extra para garantizar su seguridad y la del feto y estar especialmente atentas a los riesgos derivados del calor, de la exposición al sol y de la deshidratación.
Además, de una dieta materna saludable, mantenerse activa en este periodo aporta beneficios físicos y emocionales no sólo durante el embarazo, también en el parto y en la recuperación postparto. Consulta si puedes seguir con tu nivel de actividad física.
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