VeriRef®/VeriRef Plus®

 

Las personas tenemos 23 pares de cromosomas. Los primeros 22 pares se numeran del 1 al 22. El último par determina el sexo. Las niñas tienen dos cromosomas X y los niños un cromosoma X y un Y. Cuando falta o sobra algún cromosoma aparecen problemas de salud y de desarrollo. Cuando hay una copia adicional de algún cromosoma, es decir, tres copias en lugar de dos, se denomina trisomía. Leer más

Si estás embarazada de más de 26 semanas, puedes ver tu bebé en tiempo real en movimiento Leer más

Por Anne Harding

NUEVA YORK (Reuters Health) – Una revisión sistemática de la literatura médica demuestra que la mitad de las malformaciones fetales se pueden detectar con la ecografía del primer trimestre del embarazo.

Las tasas de detección varían según el tipo de malformación y la técnica de ultrasonido utilizada, señalan los autores de un estudio publicado en la revista Obstetrics & Gynecology. Leer más

Está por verse si la ventaja temprana continúa durante la niñez Leer más

Los investigadores observaron las hospitalizaciones y la mortalidad de 50,000 bebés en el estado de Washington Leer más

Protegerse a usted misma y a su bebé por nacer sólo requiere seguir estos consejos para una elección y preparación cuidadosa de los alimentos. Leer más

Las pruebas de orina del test de embarazo casero tienen una fiabilidad similar a las de sangre si se realizan tras la primera falta de la menstruación Leer más

Por CRISTIAN VÁZQUEZ

Anticonceptivos hormonales y gestación no están reñidos, una vez que se dejan de consumir. En este artículo se concreta acerca de la píldora anticonceptiva, que, como aseguran los expertos, no dificulta el embarazo tras su abandono; una información que contradice algunas de las creencias frecuentes, que relacionan su uso con una reducción de la fertilidad, después de dejar de tomarla. También existen otras falsas creencias sobre este método, como que «engorda» o «es perjudicial», y que explican el bajo consumo de la píldora en España: no llega al 17%, muy lejos del 40% de Francia o del 50% de Portugal.

La píldora anticonceptiva no dificulta el embarazo tras su abandono

¿Es más complicado quedarse embarazada para una mujer que haya tomado la píldora anticonceptiva? Entre las dudas que la píldora genera, una de las más importantes tiene que ver con sus consecuencias sobre la fertilidad de la mujer¿Disminuye? La respuesta es simple, afirman los expertos: no.

Entre las mujeres que consumieron la píldora existe la misma cantidad de embarazos al cabo de seis meses o un año

Cuando la mujer deja de tomar la píldora anticonceptiva, las posibilidades de embarazo no tardan en volver a su estado natural. «La fertilidad se restablece muy rápido y, al cabo de seis meses o un año, las mujeres que consumieron la píldora tienen la misma cantidad de embarazos que las que no la han utilizado nunca», asegura Ezequiel Pérez Campos, miembro de la Fundación Española de Contracepción y jefe del Servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital General de Requena, Valencia.

Anticonceptivos hormonales y gestación

El uso de la píldora como método anticonceptivo no hace el embarazo más complicado, tras su abandono. Lo mismo ocurre con la mayoría de los demás métodos hormonales de prevención del embarazo.

La excepción es la inyección de progestágeno, que se aplica de forma trimestral. En este caso, la función ovárica normal puede tardar algo más normalizarse, en torno a cerca de un año, aunque en ocasiones, se restablece antes.

Por lo demás, «las pautas que deben seguir las mujeres que hayan tomando la píldora para lograr el embarazo son las mismas que las indicadas para el resto», explica Pérez Campos, quien además presidió la Sociedad Española de Contracepción. Esas líneas generales incluyen una consulta previa a la gestación para controlar su estado de salud general, una dieta saludable y «complementos de ácido fólico y yodo, que mejoran el resultado gestacional y evitan la aparición de algunos problemas en el feto», añade.

Otras falsas creencias sobre la píldora anticonceptiva

Las creencias erróneas acerca de los efectos de la píldora no se limitan a la fertilidad y sus supuestos posibles problemas en embarazos posteriores. Según la encuesta del Equipo Daphne (grupo de expertos en ginecología) realizada en 2011, entre las razones más frecuentes que las mujeres esgrimen para no tomar la píldora, se encuentran el «temor a efectos secundarios» (26%), «tiene hormonas» (11%) y «engorda» (8%). Falsas creencias, según explican estos expertos: «Esto algo que no se puede asociar a las píldoras actuales».

Las conclusiones del trabajo señalan, por el contrario, que la píldora es «uno de los métodos hormonales que más ha evolucionado y está entre los que más valoran las usuarias encuestadas». Estos doctores atribuyen la vigencia de estas falsas creencias al alto porcentaje de mujeres que obtienen información a través del entorno social (más del 36%) y no por las vías sanitarias especializadas (solo el 46% lo hace de esta manera). Por eso enfatizan la necesidad de «incidir en la mejora de la información y la educación desde los tramos de edad más jóvenes».

Bajo consumo de la píldora en España

Solo el 16% de las españolas en edad fértil utilizan la píldora como método anticonceptivo

En España, solo el 16,3% de las mujeres en edad fértil (entre 15 y 49 años) utilizan la píldora como método anticonceptivo. A ese resultado llegó la última encuesta -realizada en 2011- por el llamado Equipo Daphne, un grupo de expertos en ginecología. Ese porcentaje significa que unas 1.892.000 mujeres, (del total de 11.605.731 en esa franja de edad) tomaban este anticonceptivo en el momento de la investigación. Esa cifra es muy baja en comparación con otros países de la región, como Francia, donde el número de mujeres que toman la píldora es superior al 40%, o Portugal, donde supera el 50%.

Algunos motivos del bajo consumo en España están relacionados, afirman estos expertos, con los patrones culturales: la píldora se comenzó a comercializar de forma legal en nuestro país en 1978, más de quince años después de gran parte de los países europeos.

El método anticonceptivo más utilizado en España sigue siendo el condón, empleado por el 35,6% de las mujeres. De todos modos, la encuesta también concluye que «se mantiene una alta exposición al riesgo» de embarazos no deseados, dado que una de cada cuatro mujeres no usa ningún método anticonceptivo. Esta cifra ha experimentado un cambio notorio desde la primera edición de la encuesta, en 1997, cuando más de la mitad de las mujeres decía emplear algún procedimiento para prevenir el embarazo.

 

Por MARTA VÁZQUEZ-REINA

La amniocentesis y otras técnicas de diagnóstico prenatal invasivas ya no son la única opción para las embarazadas que desean verificar si su hijo sufre alguna anomalía genética, como el síndrome de Down. Una prueba tan sencilla como un test de sangre, que estará disponible en los laboratorios privados de España a partir de enero de 2013, permite detectar algunas de las alteraciones cromosómicas más importantes. En este artículo se intenta dar respuesta a la pregunta ¿es este el definitivo adiós a la amniocentesis? De momento, este análisis de sangre es una prueba fiable del síndrome de Down que ya se utiliza en países como Estados Unidos y Australia. Sin embargo, no puede diagnosticar otras alteraciones, como anomalías cardiacas o muchas enfermedades hereditarias, que sí las detecta la amniocentesis, una prueba con riesgos para el bebé.

¿Adiós a la amniocentesis?

¿Está el bebé bien? ¿Será un niño sano y sin ninguna anomalía? Estas preguntas son planteadas con frecuencia por muchos padres desde el inicio del embarazo. Para poder dar una respuesta acertada, los especialistas han acudido durante años a la llamada amniocentesis, una técnica invasiva que extrae células del feto que flotan en el líquido amniótico de la madre durante la gestación. La amniocentesis es utilizada en población de riesgo (mayores de 35 años o con antecedentes familiares de malformaciones) para detectar, sobre todo, el síndrome de Down en el feto.

Pero las investigaciones en el ámbito del diagnóstico prenatal avanzan y el objetivo es detectar las posibles anomalías congénitas con la máxima fiabilidad pero, también, con el menor riesgo. La respuesta está en una nueva prueba realizada a través de un simple análisis de sangre de la madre. Esta prueba prenatal, señala Cristina González, genetista y vocal de la Asociación Española de Genética Humana, y una de las investigadoras pioneras en este ámbito en España, permite «detectar anomalías genéticas a través de un análisis de ADN del feto obtenido de la sangre materna».

Análisis de sangre: una prueba fiable del síndrome de Down

En la sangre de la embarazada hay un pequeño porcentaje de ADN del feto

González explica que en la sangre de la gestante, además de su propio ADN, «hay un pequeño porcentaje de ADN fetal», que, gracias a las técnicas disponibles en la actualidad, «puede ser analizado para detectar, además del sexo del bebé y su factor sanguíneo(Rh), algunas anomalías cromosómicas, en especial las trisomías 21 (que causa el síndrome de Down), 13 (originaria del síndrome de Patau) y 18 (responsable del síndrome de Edwards).

La realización del análisis de ADN de la sangre materna no representa ningún peligro para el bebé. «No existe riesgo de daño fetal», afirma González. El test sanguíneo no conlleva el riesgo de aborto (aproximadamente un 1%) que sí implica la amniocentesis. Su fiabilidad es similar, «en torno al 99% de aciertos», puntualiza la especialista.

Otra de las ventajas del test de sangre para detectar anomalías genéticas del bebé es que, cuando se trata de averiguar el sexo del bebé durante el embarazo, permite obtener resultados muy fiables en fases muy tempranas de la gestación. «A partir de la semana sexta del embarazo ya se puede detectar el sexodel futuro bebé», apunta González. No obstante, como la cantidad de ADN del bebé en la sangre materna aumenta a medida que avanza la gestación, la técnica es más certera en torno a las semanas 10 u 12 del embarazo.

El análisis de sangre en lugar de la amniocentesis

Cristina González afirma que la mayoría de las amniocentesis, así como las biopsias de corion, que se realizan hoy en día para detectar las trisomías 13,18 y 21 «podrían evitarse a través del análisis en sangre materna». No obstante, tal como matiza esta especialista, la amniocentesis no se limita a la detección de estas variaciones genéticas, ya que «puede diagnosticar otras alteraciones, como anomalías cardiacas o muchas enfermedades hereditarias» que el test de sangre no puede aún detectar.

Por otra parte, en caso de obtener un resultado positivo en alguna anomalía genética, puede serrecomendable confirmar a través de una técnica invasiva (amniocentesis), que solo considere el ADN fetal. «Aunque el índice de acierto a través de la sangre materna es muy alto -incide González- nunca se puede descartar un fallo de la técnica, por ejemplo, como consecuencia de la contaminación con un ADN externo».

Disponibilidad en España del análisis de sangre

En Estados Unidos, Alemana y Austria ya se utiliza esta prueba diagnóstica desde hace un par de años para detectar el síndrome de Down. Sin embargo, este test de ADN fetal en sangre materna ha sidopresentado en fechas recientes en España y podría estar disponible a partir de enero de 2013, aunque a través de laboratorios privados.

El traslado de esta prueba diagnóstica al sistema sanitario público, sin embargo, no parece muy factible, en opinión de Cristina González. «Su elevado coste es un factor muy limitante» y hace «imposible» su implementación en los laboratorios públicos. A pesar de esto, González se muestra positiva, puesto que «el avance y el desarrollo de las técnicas suele abaratar costes».

Pruebas invasivas y no invasivas

¿Será un niño sano, sin ninguna enfermedad genética? Esta pregunta es frecuente durante el embarazo, ya que es un tema que preocupa a los futuros padres y madres. Para poder dar una respuesta acertada, los especialistas deben recurrir a las distintas técnicas de diagnóstico prenatal, diferentes pruebas y cribados que permiten detectar, de una forma cada vez más temprana y fiable, posibles anomalías congénitas en el feto, entre ellas, el síndrome de Down.

Las pruebas invasivas implican una intrusión en el medio intrauterino

Estas técnicas de diagnóstico prenatal se clasifican en dos grandes grupos: las no invasivas, como la ecografía, y las invasivas, que implican una intrusión en el medio intrauterino pero (al menos hasta el momento) una mayor fiabilidad en los resultados, como la amniocentesis o la biopsia de corión.

Las pruebas no invasivas se emplean en la actualidad de forma rutinaria en distintos momentos del embarazo. Sin embargo, las invasivas, al implicar un mayor peligro para el bebé, se recomiendan tan solo en las gestaciones donde se detecta un riesgo elevado de presencia de algún defecto congénito en el pequeño, como es el caso de embarazos a partir de los 35 años o antecedentes de enfermedades genéticas en la familia.