El dispositivo se probará en 1.650 mujeres de ocho lugares de África

La falta de recursos amenaza la investigación

Madrid

Anillo vaginal con antiviral para frenar el VIH. / IPM

El primer anillo vaginal con capacidad para frenar la infección por VIH ha llegado a su última fase de ensayos. Auspiciado por IPM (siglas en inglés de Grupo Internacional para los Microbicidas), traslada el modelo de los anillos anticonceptivos, con la diferencia de que en vez de liberar hormonas, secreta un antiviral, que se espera que proteja a las mujeres durante sus relaciones sexuales.

El dispositivo se va a ensayar en seis lugares de Sudáfrica, y otros dos en Ruanda y Malaui. Se probará en 1.650 mujeres que no estén infectadas por el VIH de edades entre 18 y 45 años. El trabajo está previsto que dure dos años. Al final, se comparará qué proporción de mujeres de cada grupo (las que han usado el anillo con antiviral y las que han usado otro sin fármaco) se han infectado. Se considerará un éxito la proporción de casos es un 50% menor entre quienes probaron el anillo.

La idea de desarrollar métodos que protejan del VIH a las mujeres durante las relaciones sexuales es una vieja aspiración de los epidemiólogos. El objetivo es darles una herramienta que dependa solo de ellas, ya que uno de los problemas de otros métodos, como el preservativo masculino, es que tienen que negociar su uso con sus parejas. Además, la duración de las propiedades del anillo es de unas cuatro semanas, por lo que es más fácil de usar y se puede llevar siempre puesto.

El proyecto tiene dos riesgos: el primero y más evidente, que no funcione. El segundo es que la falta de fondos impida completarlo. No es demasiado caro (la organización calcula que le bastarían unos siete millones de dólares, 4,4 millones de euros). Entre los donantes de IPM figuran las fundaciones de Bill y Melinda Gates y la Rockefeller, pero también las agencias de cooperación internacional de Alemania, Dinamarca, Reino Unido, Bélgica, Noruega, Irlanda, Canadá y Suecia. Y está también la de España, aunque la organización teme que con los recortes la aportación desaparezca.