Por Eric Schultz

NUEVA YORK (Reuters Health) – Brindarles a las mujeres acceso gratuito a anticonceptivos de largo plazo después de un aborto permitiría evitar la pérdida de un segundo embarazo.

Un estudio realizado en Nueva Zelanda halló que menos del 6 por ciento de las 510 mujeres a las que se les ofrecieron anticonceptivos sin cargo en una clínica y utilizó un DIU sufrió un nuevo aborto en dos años, comparado con el 13 por ciento de las que tomaban la píldora y el 17 por ciento de las que optaban por el preservativo.

Esto, según los autores, sugiere que debería promoverse el uso de anticonceptivos de acción prolongada luego de un aborto.

«En Estados Unidos, el acceso generalizado al DIU siempre tuvo barreras como el costo, la falta de entrenamiento de quienes deben colocarlo y la confusión en pacientes y médicos», escriben Sally Rose y la doctora Beverley Lawton, de la Universidad de Otago, en Wellington, en American Journal of Obstetrics and Gynecology.

El estudio aparece luego de una propuesta del Instituto de Medicina de Estados Unidos de que los aseguradores cubran los métodos anticonceptivos, que fue aprobada por las autoridades sanitarias. El instituto recomendaba también no aplicarles copagos para promover su uso.

Los DIU, que cuestan entre 500 y 1.000 dólares, tienen una efectividad del 99 por ciento, según la entidad Planned Parenthood (Paternidad Planificada). Duran hasta 12 años.

En el estudio, los investigadores les ofrecieron optar entre varios métodos a mujeres que habían tenido un aborto. A los seis meses, se les preguntó qué método habían utilizado.

Una de cada 10 sufrió un nuevo aborto en la clínica en dos años. Las usuarias de DIU tenían un 64 por ciento menos posibilidad de volver a tener un aborto que las usuarias de la píldora.

Los DIU y los dispositivos similares «pueden reducir los embarazos no deseados y, por lo tanto, los abortos», dijo Adam Sonfield, del Instituto Guttmacher en la ciudad de Washington.

Aunque se considera que el DIU es el método anticonceptivo más efectivo, el costo de su colocación a menudo impide que muchas opten por utilizarlo, dijo Sonfield a Reuters Health. En el tiempo, terminaría costando menos que la píldora porque dura mucho años.

Según el doctor Joseph Speidel, que dirige el Centro para la Salud Reproductiva Global Bixby, de la University of California en San Francisco, los embarazos no deseados cuestan más de 10.000 millones de dólares por año.

De modo que reducirlos con un mejor acceso a métodos de acción prolongada también disminuiría el gasto del sistema de salud de Estados Unidos, indicó.

Colocar un DIU puede tener efectos adversos, como dolor moderado, calambres y cambios del flujo menstrual. En el largo plazo, aumenta levemente el riesgo de tener una infección; rara vez se puede correr de lugar.

Aunque menos de una de cada 100 usuarias quedan embarazadas, las que lo hacen tienen alto riesgo de perder el embarazo o de tener parto prematuro.

Una alternativa es una varilla del tamaño de un fósforo (Implanon), que libera hormonas y se implanta en el brazo. Dura hasta tres años y cuesta entre 400 y 800 dólares.

La doctora Suzan Goodman, de la University of California en San Francisco, opinó que ofrecer métodos anticonceptivos después de un aborto tiene ventajas, como «alto nivel de motivación, poco malestar, seguridad de que la paciente no está embarazada y menor carga para la paciente y el sistema de salud».

FUENTE: American Journal of Obstetrics and Gynecology, online 11 de julio del 2011

Reuters Health